Identificación

Cuando sales a buscar setas, acabas encontrándolas. Lo peor de todo ello es que muchas veces lo que encuentras es desconocido y lo desconocido en micología es una señal de peligro. Es decir, mejor en el campo que en la mesa y de la mesa a los problemas de salud. Esta semana ha pasado algo de esto. Estábamos a setas de chopo, durante mucho tiempo agrocibe cilyndrica y ahora pholiota aegerita, cuando nos topamos con 50 o 60 boletus en diferentes fases de crecimiento. No hay boletus venenosos pero sí los hay que te pueden causar una buena intoxicación. Pues éste que encontramos fuera de su ambiente natural (si es que hubiera un ambiente preciso para la setas que son de por sí bastante indisciplinadas y aparecen donde menos te las esperas), no estaba en nuestros libros, ni en nuestra memoria. Por tanto, atención. Cogimos unos ejemplares para estudiarlos y allí dejamos los demás. A día de hoy, parece que se trata de un boletaceo comestible. Pero se quedaron allí. No nos los comimos por precaución y en esta afición la precaución es vida.

Por lo demás, para envenenarse no hace falta ir a setas. Con ver la televisión vas que te matas. Literalmente.

Ah, se me olvidaba: hay días en que la página es secuestrada por oscuras fuerzas y los responsables del alojamiento tardan y tardan en que esté operativa de nuevo. Perdón por estos asuntos que antes solucionaba yo por mi cuenta y ahora dejo en manos de especialistas que a saber qué especialidad tienen.

Boletus

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